jueves, 20 de agosto de 2015

Condominio... un mal necesario



Desde hace años los condominios se han transformado en los nuevos barrios. Donde antes eran las casas las que tenían reja y nosotros jugábamos en la calle del barrio, ahora es el barrio el que está enrejado y los niños juegan dentro del condominio. No hay mucho contacto con el “mundo exterior”,  los niños mas pequeños saben que sólo pueden jugar dentro de los límites del condominio y que para afuera hay un mundo que está casi prohibido.
Desde el 2009 yo vivo en un condominio, en un barrio que es bueno y que mezcla la esencia de la clase media: profesionales jóvenes que pudieron comprar una casa de 3000 UF (a 10, 15, 20 o 30 años) y que buscaban lo mismo o se sumaron a una moda.
¿Por qué elegimos un condominio? Las razones son comunes para varios: seguridad para poder viajar y dejar la casa sola, tener algo parecido a lo que era el barrio antiguo donde conocías a tus vecinos (aunque en el condominio ese tema es como comer jurel tipo salmón, sabes que no es lo mismo pero te lo comes igual), etc. Eso es lo bueno de esto, me ha permitido tener amigos y generar algo de lo que yo sentía en la población donde me crié.
Pero no todo es perfecto, mi condominio tiene 48 casas 40 dentro y 8 fuera de él, pero que igual están dentro del condominio por un tema legal. Ahí el primer conflicto, los que viven afuera son como la Democracia Cristiana, cuando les conviene son parte del condominio y cuando no, quieren ser independientes. El ejemplo mas claro es que quisieron pagar la mitad del gasto común (y lo lograron) pero fueron los primeros que hincharon por tener cámaras de seguridad y poder dejar sus autos dentro del condominio. Resultado, peleas en cada reunión del condominio para poder llegar a acuerdos. El segundo gran problema es poder convivir especímenes tan diferentes dentro de un espacio compartido como lo es el condominio. En ese espacio tienen que convivir los vecinos cuicos, los que se juran cuicos pero que cuando se toman un copete llegan hasta los pacos a su casa, los vecinos que no sabes que son vecinos porque no los ves nunca, los peleadores que velan que se cumplan las reglas (donde creo estoy yo), los que son amigos de todos y buscan amor y paz, las viejas que reclaman por todo pero no hacen nada, los que no se dan cuenta que viven en condominio y quieren transformar su casa como si vivieran en una toma, el vecino esforzado que sacó su casa a 40 años y que se siente chicharrón en pan de pascua, y las mezclas de los arquetipos anteriores.  Todos ellos debemos convivir y por lo mismo no faltan las peleas.
Tal como dije, yo soy el que pelea porque se cumplan las reglas. Si se dijo “NO” a algo en una reunión, yo velo porque no se haga y si se hace dejo la grande, peleo con el vecino gil que no cacha que es incómodo que le ande gritando a su señora “maraca CTM” a las 5 de la mañana estando borracho (sí, ha pasado eso en mi condominio y es el vecino calladito y que cuando te saluda te levanta las cejas, nada mas), peleo con los que se meten por donde mismo el sentido de tránsito del condominio, con los que no pagan los gastos comunes por más de 6 meses y con el vecino  que cree que tiene sólo derechos y ningún deber dentro del condominio. Esto me ha traído varios problemas, ya sea porque mi señora se enoja porque discuto o porque a algún vecino no le parece mi opinión… No me interesa. Soy de las personas que cree que las leyes están para respetarlas y no para quebrantarlas, el personaje que no entienda eso, no puede vivir en comunidad. Es complicado interactuar con personas que creen que tienen solo derechos y no deberes.
En resumen, para vivir en condominio hay que tener un carácter que te permita interactuar con diferentes personalidades y una tolerancia que evite conflictos entre vecinos. Primordial es tener buena relación entre tus vecinos mas cercanos: los que viven al lado de tu casa son tus aliados y  la convivencia debe excelente, con el resto puedes tener discrepancias y puede dar lo mismo.
Yo estoy claro que en estos momentos no soy el más querido de mi condominio, y no me interesa serlo, tampoco soy el más odiado, hay otras personas que generan problemas y ninguna solución. Me conforma que con mis vecinos de los 4 puntos cardinales nos llevemos bien (con unos más cercanos que otros)  y eso me ha permitido desarrollar mi convivencia.  

Condominio, un mal necesario que tiene más pro que contras, pero que requiere del compromiso de todos para que éste salga adelante.

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